Una de las cosas más agridulces de cualquier proceso de crecimiento y maduración es la revelación de nuestra finitud. Posiblemente la etapa vital que ejemplifica de manera más intensa este momento es la crisis de la mediana edad, donde un suceso crítico (el primer hijo, una separación, la perdida de un progenitor) nos confronta con nuestra mortalidad y el hecho de que nunca leeremos todos los libros que queríamos leer, ni haremos todos los proyectos que queríamos hacer, ni viajaremos a todos los países que queríamos viajar, ni disfrutaremos indefinidamente de todo lo que queríamos disfrutar.
Este proceso ocurre en todos los aspectos de la vida y el desarrollo de software no es una excepción. Constantemente debemos (deberíamos?) evaluar que estamos haciendo con los recursos que tenemos y decidir de manera consciente entre el universo de posibilidades con el que contamos. “Since death alone is certain, and the time of death uncertain, what should I do?” es uno de los ejercicios de contemplación clásicos en el budismo.
De todo esto charlaremos en esta sesión, aplicado de una manera muy concreta: la experiencia de desarrollo en un startup, Devengo, que se mueve en uno de los mercados más intensa y extensamente regulados del mundo, el sector financiero.